EL
"TIO PEDRO" EN SOLLAVIENTOS
Recuerdo
que un día en el alto de Sollavientos, a 10 kilómetros de Allepuz fuimos
en busca de alimentos a casa del tío Pedro, un masovero que dice al pan
pan, y al vino vino. En otras ocasiones nos había recibido relativamente
bien, eso sí, pagándole los jamones; esta apareció esgrimiendo un
garrote enorme, sin temor a morir, con estas palabras, con estas palabras:
"Fuera de aquí... lo mismo si sois maquis... como si sois guardias.
¡Estoy hasta los cojones de todos!”
Y
es que la contrapartida un día determinado se acercaba a una masía haciéndose
pasar por nosotros. Arramblaban con lo que tenían y el expolio era doble:
a lo mejor íbamos al día siguiente y nos desorientaban al asegurar que
había estado otra partida el día anterior. Pero es que otros guardias,
de uniforme, los visitaba a los dos o tres días. Les preguntaban si habían
estado por allí los maquis, y al negarlo recibían grandes palizas pues,
naturalmente, sabían que la "contrapartida" había estado.
Atravesamos
varias masías hasta llegar allí, siguiendo el curso del río sinuoso
hasta desembocar en una enorme pradera donde se encuentra la masía
"Torre de don Pedro" que en tiempos debió ser importante, pues
su extensión es considerable y la cantidad de vacas que todavía pacen
sobrepasan la veintena, así como équidos en número de ocho a diez. Un
potrillo nos recibe jubiloso o temeroso dando brincos y cabriolas. Dos
eras enormes todavía conservan restos de la mies que vuelta tras vuelta
con el trillo y el macho han machacado la paja desprendiendo el trigo.
Allí
cerca, hasta posee una ermita, donde una vez al año los habitantes de
varios pueblos se acercan en romería cubriendo, por su número, la
pradera.
Nuestra
situación se agrava a partir del 18 de abril de 1947, al entrar en vigor
la Ley sobre delitos de "bandolerismo y terrorismo", con pena
de muerte si se produce el fallecimiento de alguna persona, y... "los
que apartándose ostensiblemente de la convivencia social, viviendo
subrepticiamente en los medios urbanos, formasen partidas o grupos de
gente para dedicarse al merodeo, bandidaje o la subversión social, serán
castigados con pena de muerte o reclusión mayor a muerte". Y añade,
"serán excluidos de la pena de muerte los guerrilleros que hayan
facilitado con eficacia la captura de un grupo". "La simple
omisión de una denuncia será considerada como una ayuda a los
delincuentes".
El
aislamiento a que nos someten causa mella porque los indecisos, los no
convencidos (ideológicamente hablando) desertan de nuestras filas para
salvar la vida. Pero también se crean tensiones en la Guardia Civil, pues
muchos no asimilan los métodos de conducta que emplean con confidentes,
que en ocasiones no lo son, pero están fichados como de izquierdas.
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