LOS GUERRILLEROS DE LEVANTE EN LA PROVINCIA DE TERUEL

CAPITULO 10

        

Autor: Mariano Esteban Pueyo

 EL "TIO PEDRO" EN SOLLAVIENTOS

 

Recuerdo que un día en el alto de Sollavientos, a 10 kilómetros de Allepuz fuimos en busca de alimentos a casa del tío Pedro, un masovero que dice al pan pan, y al vino vino. En otras ocasiones nos había recibido relativamente bien, eso sí, pagándole los jamones; esta apareció esgrimiendo un garrote enorme, sin temor a morir, con estas palabras, con estas palabras: "Fuera de aquí... lo mismo si sois maquis... como si sois guardias. ¡Estoy hasta los cojones de todos!”

Y es que la contrapartida un día determinado se acercaba a una masía haciéndose pasar por nosotros. Arramblaban con lo que tenían y el expolio era doble: a lo mejor íbamos al día siguiente y nos desorientaban al asegurar que había estado otra partida el día anterior. Pero es que otros guardias, de uniforme, los visitaba a los dos o tres días. Les preguntaban si habían estado por allí los maquis, y al negarlo recibían grandes palizas pues, naturalmente, sabían que la "contrapartida" había estado.

Atravesamos varias masías hasta llegar allí, siguiendo el curso del río sinuoso hasta desembocar en una enorme pradera donde se encuentra la masía "Torre de don Pedro" que en tiempos debió ser importante, pues su extensión es considerable y la cantidad de vacas que todavía pacen sobrepasan la veintena, así como équidos en número de ocho a diez. Un potrillo nos recibe jubiloso o temeroso dando brincos y cabriolas. Dos eras enormes todavía conservan restos de la mies que vuelta tras vuelta con el trillo y el macho han machacado la paja desprendiendo el trigo.

Allí cerca, hasta posee una ermita, donde una vez al año los habitantes de varios pueblos se acercan en romería cubriendo, por su número, la pradera.

Nuestra situación se agrava a partir del 18 de abril de 1947, al entrar en vigor la Ley sobre delitos de "bandoleris­mo y terrorismo", con pena de muerte si se produce el fallecimiento de alguna persona, y... "los que apartándose ostensiblemente de la convivencia social, viviendo subrepticiamente en los medios urbanos, formasen partidas o grupos de gente para dedicarse al merodeo, bandidaje o la subversión social, serán castigados con pena de muerte o reclusión mayor a muerte". Y añade, "serán excluidos de la pena de muerte los guerrilleros que hayan facilitado con eficacia la captura de un grupo". "La simple omisión de una denuncia será considerada como una ayuda a los delincuentes".

El aislamiento a que nos someten causa mella porque los indecisos, los no convencidos (ideológicamente hablando) desertan de nuestras filas para salvar la vida. Pero también se crean tensiones en la Guardia Civil, pues muchos no asimilan los métodos de conducta que emplean con confidentes, que en ocasiones no lo son, pero están fichados como de izquierdas.