LOS ÚLTIMOS GUERRILLEROS
La
tercera etapa guerrillera , en 1949, representa la caída de muchos de
nuestros hombres a manos de la Guardia Civil.
El
6 de febrero muere "Ramiro" a sus 31 años en Valencia.
Había nacido en Villar del Cobo. La respuesta no se hizo esperar, y el 12
de ese mes "Rubén" y "El Valencia" eligieron un
paraje por el que tenía que pasar el tren, con un barranco de 60 metros a
un lado. Arrancaron raíles y tuercas de la vía férrea Madrid-Barcelona,
desprendiendo 8 metros de rail al lado del precipicio, tras una amplia
curva en la que el convoy suele llevar velocidad. A las once de la noche,
el expreso caía al barranco de Mora la Nueva entre el crujido espantoso
de los hierros y maderas y el desgarrador grito de angustia de los
viajeros. Era una noche gélida de invierno, y fue uno de los coletazos y
de los más sangrientos, con 40 muertos y más de cien heridos.
El
7 de marzo se desmantela la partida de Mosqueruela al morir "Mateo".
El resto regresa a Francia para reorganizarse y volver en julio con 12
guerrilleros, divididos en dos grupos, con la intención de
"transformar" la A.G.L., asentar la acción política en los
campesinos, convertir a los guerrilleros en instructores políticos para
organizar a dichos campesinos, y emprender una acción total y solidaria.
Incluso el Buró asignó un millón de pesetas (30 diarias por hombre) y
nuevo armamento.
Pero
la mayoría piensa en "sobrevivir" a costa del pillaje. El
"prestigio" está perdido, las quejas son continuas y la
desmoralización no cesa. Los continuos ataques nos obligan a una
movilización permanente para no ser cazados que resulta agobiante. En
cualquier pueblo, aldea, masía o descampado pueden estar esperando las
fuerzas de Franco y los nervios se van crispando, desestabilizando.
El
16 de septiembre de 1949 mueren dos guerrilleros en Mosqueruela, y el 19 "Ricardo"
cerca de La Ginebrosa.
Acaban
con "Rubén", jefe del 23 sector, el 15 de octubre. Una
batida conjunta de las comandancias de Teruel, Valencia y Cuenca, bajo el
mando supremo del general Pizarro, asalta de improviso los campamentos de
Cabra de Mora y de Aguaviva, así como la "Escuela de Capacitación
Guerrillera" que tan bien tenía instalada "Pedro"
en "cerro moreno". Con anterioridad, tras la denuncia de varios
confidentes, algunos guardias disfrazados de cazadores habían explorado
los alrededores. Fue un golpe fatal.
El
28 de julio de 1950 mueren en Sollavientos (Allepuz) "Paco" y
"César". A comienzos de este año, el Estado Mayor ha sido
desarticulado y sus miembros diezmados, así como el comité regional del
PCE.
Quedan
guerrilleros dedicados más bien al bandolerismo de la supervivencia, sin
ideas políticas. Cunde el desorden y baja más la poca moral que nos
quedaba, la batalla una vez más está perdida. Solo quedan los más
combativos, los más aguerridos; el resto, vuelve a Francia.
El
Gobierno francés ha comenzado la "guerra fría" y no protege ya
al PCE, sino que lo persigue en la clandestinidad. Sin embargo el partido
no está dispuesto a arrojar la toalla y reconocer su fracaso de levantar
al país contra Franco, y seguirá dos años más insistiendo en la lucha.
El
instinto de supervivencia lleva a los escasos grupos que quedan a cometer
atracos. Todavía es asesinada una familia en Mas de las Matas, con un
solo superviviente, y sus efectos son sustraídos. Mas que un acto de
represalia, en esta ocasión hay que echar la culpa al nerviosismo de los
asaltantes que se creyeron rodeados por los guardias y dispararon.
En
1950 fueron 35 los guerrilleros que perdieron la vida en una lucha sin
cuartel, y es entonces, solo entonces, cuando el buró político decide
abandonar.
En
nuestra provincia, el 7 de octubre mueren 12 guerrilleros en un ataque,
tras cerco de la Guardia Civil y Policía, que desmantelan el último
campamento que quedaba en "Cerro Moreno", lindando con la
provincia de Cuenca.
Algunos
se resisten a volver a Francia, pues allí ya no son bien recibidos, y se
refugian en las montañas del norte hasta que "Jeramín",
en un tiroteo a las puertas de Santander, muere el 26 de abril de 1957.
Consigue escapar Paco Bedoya, pero siguen su rastro hasta
localizarlo ocho días después en Bilbao, dándole muerte.
En
1960 todavía se oyen las acciones de Francisco Sabater hasta que
es localizado en Gerona, acabando con su vida.
¡Cuántas
muertes! ¡Cuánta sangre!, y ¿total, para qué?
FIN
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