UNA VIDA NARRADA EN UN PUÑADO DE AFOTOS
Primera parte Segunda parte Tercera parte Cuarta parte
Quinta parte Continuará...   Volver

El consuelo de la religión: Decidí redimirme a través de la religión y probé la musulmana por lo de la poligamia, pero la prohibición de beber alcohol me decidió a dejarla
Los años de reflexión: Pasé a cumplir uno de los sueños de mi infancia, ser cartujo, pero pronto estuve mal visto en el convento por mi tendencia a sorberme los mocos, a regoldar y a escaparme al bar.

Fray Vitoriano y fray Mariano: Mis propósitos de redención fracasaron gracias a hermanos como Fray Vitoriano; la foto recoge el momento en que nos sorprendieron fumando porros con la marihuana que habíamos plantado en el huerto del convento.

Obras de caridad:  Ya en la vida civil y con mi siempre loable propósito de ayudar al prójimo, decidí hacer el bien cambiando un billete de mil en pesetas sueltas para repartir mil limosnas en el más riguroso incógnito. Lleno de felicidad, un pobre cojo recoge mi modesto óbolo a las puertas de la Catedral.
Vocación: Normalizada mi vida volví al hobby de  la fotografía: podéis verme retratando a Pepe dormido porque, cuando está despierto, se pone como una fiera si alguien la hace un afoto.
Cirugía estética: ¡Que idea tan genial! Me hice rico cediendo moldes de mi cara y pelo tipo Camilo Sesto a los mejores cirujanos plásticos. Aquí con Toni, un estupendo pintamonas, tras ser operado.

Quinta parte